La princesa I
ya no quiere ir al jardín
porque se asustó
cuando un perro la persiguió.
Al ver a su ratón,
el perrito quiso jugar.
La princesa I
empezó a correr y a llorar.
El jardinero J
no quiere que llore más.
Ya no la deja sola,
por el jardín juntos van.
Los dos se han dado la mano,
y una nueva letra han formado
que a las palabras unirá:
Luna y sol,
niño y niña,
una y dos,
fresa y piña.